Cuando leí la Biblia por primera vez fue porque había sentido el llamado de Dios, e inmediatamente sentí una necesidad muy grande de conocer a Dios, de acercarme a él, de saber donde estaba, de buscar su luz y de refugiarme en él. Así que leía mañana, tarde y noche; a la hora de despertarme era lo primero que hacía, en los tiempos de descanso del trabajo tomaba la Biblia y me ponía a leer, y en la noche quería seguir leyendo y así lo hacía. Necesitaba saber de que trataba, donde estaba Dios, necesitaba saberlo, pero sobre todo porque había escuchado su llamado, sabía que tenía que leerla. Leí la Biblia de inicio a fin en dos o tres meses, leía y hacía oración, lo poco que sabía de esto último porque ignoraba muchas cosas al respecto porque nunca había hecho verdadera oración, hasta hoy entiendo lo bonito que es hablar de verdad con el Señor, ponerte en silencio y decir “Señor, Dios mío aquí estoy”. Solo te puedo decir que Dios de verdad habla a través de la Biblia, si la lees de corazón el estará contigo, ahi justo a lado de ti, acompañándote con su presencia. También te puedo decir que la Biblia no se contradice en nada, de principio a fin es hermosa, poderosa, llena de luz y coherente, perfecta como todo lo que ha creado el Señor. Inicia diciendo: “y al inicio el espíritu de Dios estaba sobre las aguas”, ¿que aguas?, las aguas de la eternidad del vacío de la existencia del universo, si quieres verlo con los ojos de la ciencia inclusive no se equivoca, porque las teorías mas modernas del saber humano (que no son nada comparadas con la inteligencia del Señor) indican que el universo en sus inicios era un montón de partículas elementales las cuales de hecho son ondas como el agua, pero Dios explica las cosas de forma sencilla para que lo entendamos todos, sobre todo los humildes de corazón, porque su inteligencia es infinita y está mas allá de lo que cualquier ser humano pueda llegar a entender, el lo hizo todo de la nada, todo lo que existe, y como dice el Salmo:
«Señor, que profundos me son tus pensamientos; ¡infinito es el conjunto de ellos! Si yo quisiera contarlos serían más que la arena; y si acaso terminara, aún estaría contigo» (Sal 139:17-18).
Es decir que aunque logremos entender como Dios hizo el mundo y el universo entero, es de humildes reconocer que él es el Creador de todo y nadie más, él es el Alfarero, nosotros el barro.
Así que, que más puedo decir mas que, ojalá puedas leer la Biblia, asistir a la Iglesia y hacer oración, Dios nos espera con gran amor a cada uno de nosotros, Cristo es el único y verdadero Camino.
Como dijera San Agustín:
«Nadie es fuerte en si mismo, solo en Dios somos fuertes»
Amén, gloría a Dios.